domingo, 4 de mayo de 2014

LA CENA. Texto incluido en el libro “El tamaño no importa IV. Textos breves de aquí y de ahora” editado por la Asociación de Autores de Teatro.


VERONÉS.– ¿Herejía?
AMIGO.– Así es.
VERONÉS.– Me acusan de herejía por pintar un cuadro sobre
Cristo en la última cena. No es posible.
AMIGO.– Lo es.
VERONÉS.– Se han vuelto locos.
AMIGO.– Quizás. Pero... lo que has pintado... reconoce que no
es una última cena normal.
VERONÉS.– Yo no soy un pintor normal. Yo soy Paolo Caliari,
el Veronés; las iglesias y los palacios de Venecia están repletas
de obras mías.
AMIGO.– Ya, pero escúchame.
VERONÉS.– Escúchame tú a mí. Esto es un atropello y no
estoy dispuesto...
AMIGO.– Basta. No te das cuenta de la gravedad del problema.
No se trata de que un cliente no esté contento con el
resultado de un encargo y que proteste por ello. No. Se
trata de algo mucho más grave.
VERONÉS.– ¿Cómo de grave?
AMIGO.– El tribunal de la Inquisición.

EL HOMBRE EN LA ENCRUCIJADA. (Texto incluido en "El tamaño no importa II. Textos breves de aquí y de ahora" libro editado por la Asociación de Autores de Teatro para distribuir en los institutos.



PERIODISTA.
Señor Rivera.

DIEGO RIVERA.
¿Qué?

PERIODISTA.
¿Diego Rivera?

DIEGO RIVERA.
Sí.

PERIODISTA.
¿Es usted el famoso pintor mejicano Diego Rivera?  Soy de la prensa de Washington.  ¿Le puedo hacer una entrevista?

DIEGO RIVERA.
¿Qué quiere saber?

UN FINAL FELIZ. Texto para jóvenes incluido en el libro "El tamaño no importa" editado por la Asociación de Autores de Teatro.

PÉREZ. Jefe.

JEFE. Pérez, he leído tu informe.  Es muy completo.

PÉREZ.  Este caso me ha tocado la vena sensible.

JEFE.  Eso está bien, pero eres un profesional y no debes dejarte arrastrar por los sentimientos.

PÉREZ.  Sé lo que dices, pero a veces es difícil no implicarse. 

JEFE.  Lo importante es ganar, ya sabes.

PÉREZ.   Claro, yo aspiro a ser un ganador, y por eso  me esfuerzo en que triunfe la justicia.

JEFE.   ¿Justicia?   Vamos Pérez, no eres un licenciado recién salido de la facultad.

PÉREZ.   ¿Perdón?

JEFE.  El caso de esta mujer es lamentable.  Pero créeme, si esto le hubiera ocurrido en  su país, en África, nadie habría movido un dedo por ella.  Además, es una inmigrante ilegal.