sábado, 18 de marzo de 2017

Inicio de "LOS CHICOS PERDIDOS" texto teatral para la infancia publicado en el Volumen I de "Carrusel de Ogritos".

UNO.
EN EL CENTRO.


(Se ilumina la escena.  El decorado reproduce un rincón con estantes de un centro comercial.  En el espacio percibimos cierto desorden.  Súbitamente aparece un CHICO  manipulando una pequeña caja, nervioso, trata de extraer el contenido.  Lo hace al fin.  Se trata de un teléfono móvil.  Está intentando  hacerlo funcionar.)

CHICO.  (A través del teléfono) ¿Hay alguien ahí?

(Un segundo personaje aparece con cierto sigilo tras el chico, tratando de no resultar demasiado visible.)

CHICO.  Necesito ayuda.  Por favor.

CHICO.  (Trasteando el aparato con impotencia)  Oh no.  Esto no funciona.

(El segundo personaje se hace al fin visible, es una CHICA.)

CHICA.  Te pillé.

CHICO.  ¿Eh?

CHICA.  ¿De dónde has sacado eso?

CHICO.  De ahí atrás, junto al pasillo central.

CHICA.  Sección de telefonía móvil. 

CHICO.  Sí.

CHICA.  Ya.

CHICO.  Lo pensaba pagar.  O devolver.

CHICA.  No funciona, ¿verdad?

CHICO.  No.

CHICA.  No puede funcionar sin tarjeta.

CHICO.  (Frustrado) Genial.

(El CHICO piensa.)

CHICO.  ¿Y sabes dónde puedo… comprar… una tarjeta?

CHICA.  El Centro Comercial está cerrado.

CHICO.  Es verdad.

CHICA.  Ajá.

CHICO.  Hoy debe ser domingo o algo así.

CHICA.  ¿No sabes en qué día  vives?

CHICO.  Bueno, ando un poco despistado, últimamente.

CHICA.  (Cayendo en la cuenta del desorden circundante) ¿Y esto?

CHICO.  ¿Eh?

CHICA.  Esta almohada y las sábanas.
¿Y ahí detrás qué hay?

CHICO.  Nada, no hay nada.

CHICA.  (Asomándose) Un colchón.

CHICO.  ¿En serio?

CHICA.  Esas cosas no son de esta sección.

CHICO.  No, ¿verdad?

CHICA.  ¿Quién las habrá traído hasta aquí?

CHICO.  Ni idea.  Este centro comercial es tan grande, y pasa tanta gente por aquí.

CHICA.  Has sido tú, ¿verdad?

CHICO.  Bueno, quizá. 

CHICA.  ¿Quizá?

CHICO.  (Ordenando un poco) Sí, he sido yo.  Siento el desorden.  Lo pondré todo en su sitio.

CHICA.  Y eso es un pijama.

CHICO.  ¿Un pijama?  ¿A qué te refieres? 

CHICA.  A lo que llevas puesto.

CHICO.  Ah.  Esto.

CHICA.  ¿Por qué lo llevas?

CHICO.  Supongo que… me resulta cómodo.

CHICA.  ¿Has dormido aquí?

CHICO.  (Cambiándose) ¿Quién?  ¿Yo?  ¿Por qué lo dices?  Ah claro, por el colchón, las sábanas, la almohada y el pijama, ¿no?  Pues sí, he dormido aquí, pero muy poco, ¿eh?  Que conste.  Apenas un par de horitas, porque me he desvelado, así que no creo que sea tan grave, ¿no?  No me vas a denunciar, ¿verdad?

CHICA.  ¿Denunciarte?  No, claro que no.

CHICO.  Menos mal porque en esta sección se está más cómodo que en otras.  Hasta hace poco dormía en la planta de más abajo, al lado de la sección de refrigerados, y no veas qué frío pasaba.

CHICA.  Qué cosa más rara…
¿Y por qué haces algo así?

CHICO.  ¿Dormir en la sección de refrigerados?  Pues porque me gusta tomar un vasito de leche con galletas antes de irme a la cama, y allí lo tenía todo más a mano.

CHICA.  Quiero decir dormir aquí, entre las estanterías del Centro Comercial, ¿por qué lo haces?

CHICO.  Ah, pues, porque lo necesito.  Descansar es una necesidad vital.  ¿Tú es que no duermes?

CHICA.   Sí, pero en mi cama.

CHICO.  ¿Y dónde está tu cama?

CHICA.  Arriba.  En la última planta.

CHICO.  Ah.  Verás.  Yo es que no soy de aquí. 

CHICA.  ¿Ah no?

CHICO.  No.  Es que resulta que yo soy…

CHICA.  ¿Qué?

CHICO.   Yo soy

(Toma aire para poder exteriorizar su realidad.)

CHICO.  Un…  chico perdido.

(Oscuro)








DOS.
COSAS ÚTILES.

(Cuando vuelve la luz, vemos en escena al CHICO y la CHICA, con actitud más relajada, sentados incluso, hojeando algún tipo de publicación que apilan junto a ellos.)

CHICA.  (Hojeando una de las publicaciones) ¿Has encontrado algo que te sirva?

CHICO PERDIDO.  (Hojeando también) Pues no.

CHICA. No lo entiendo. 
(Refiriéndose a un último folleto) Espera, aun queda éste.

CHICO PERDIDO.  Déjame ver. 

CHICA.  Es el de la sección de  higiene íntima.
Con este, ya tienes todos los catálogos que contienen absolutamente  todos los productos del Centro Comercial.  Algo habrá que sirva para solucionar lo tuyo.

CHICO PERDIDO.  Te agradezco mucho tu interés, pero es que yo no tengo ningún problema de higiene íntima…

CHICA.  (Señalando una imagen del catálogo) Mira esto… Puede ser lo que necesitas.

CHICO PERDIDO.  ¿Compresas?

CHICA.  (Pasándole el folleto) Son para las gentes perdidas.  ¿Lo ves?

CHICO PERDIDO.  (Devolviéndoselo) No.  Son para las gentes que tienen pérdidas de orina.  Léelo bien.

CHICA.  Es verdad.

CHICO PERDIDO.  (Dejando el folleto en la cima de la alta montaña de folletos que hay junto a ellos)  ¿Te convences?

CHICA.  (Recuperando el folleto y hojeándolo) No puede ser.  Es imposible.

CHICO PERDIDO. ¿El qué?

CHICA. Que no haya nada que te sirva.

CHICO PERDIDO.  Ya ves.

CHICA.  Tiene que haber algo, lo pone bien claro, en todos los catálogos.

CHICO PERDIDO.  (Leyendo el fragmento que le ha señalado la CHICA) En este centro comercial nos sentimos muy orgullosos porque ponemos a disposición de nuestra distinguida clientela todos los objetos que hacen nuestra vida más fácil y todos los productos capaces de solucionar cualquier tipo de necesidad o de problema.

CHICO PERDIDO.  (Tirando el catálogo) Menos el mío.

CHICA.  ¿Eso pone?

CHICO PERDIDO.  No, eso lo añado yo.

CHICA.  Qué faena, oye.  Y el caso es que estoy convencida de que por aquí, en alguna parte tiene que haber algo que te ayude a dejar de ser un chico perdido.

CHICO PERDIDO.  En realidad me siento un poco menos perdido, porque te he encontrado a ti.

CHICA.  Pero yo no soy nada.

CHICO PERDIDO.  Claro que eres.

CHICA.  Quiero decir que no soy algo que sirva.
Espera, ya tengo la solución.  Voy a preguntarle a mi madre.

CHICO PERDIDO.  ¿Y dónde está tu madre?

CHICA.  No tengo ni idea.  Voy a llamarla.

CHICO PERDIDO.  Ah pero, tú ¿tienes un teléfono móvil?

CHICA.  Qué va, mamá y yo tenemos algo mejor para localizarnos.  Dame un segundo.

CHICO PERDIDO.  (Extrañado por la súbita desaparición de la CHICA) ¿Eh?  Pero…

(Vuelve enseguida la CHICA con un megáfono.)

CHICA.  (Estruendosa)  ¡¡MAMÁ, MAMÁ.  MAAAAAAMAAAAAAAA!!

(Silencio atronador)

CHICA.  (Tras esperar la respuesta durante unos segundos) No contesta.

CHICO PERDIDO.  (Comenzando a recuperarse del trauma acústico) Waaaa… ¿qué? 

CHICA.  Vaya, supongo que no andará cerca.

CHICO PERDIDO.  ¿Has dicho algo?  Es que no puedo escucharte bien.

CHICA.  Decía que es una pena que mi madre no esté por aquí. Ella suele tener muy buenas ideas.  A mí sin embargo no se me ocurre nada.

CHICO PERDIDO.  No importa.

CHICA.  Pero estoy convencida de que tiene que haber algo que solucione tus problemas.  Aquí hay de todo, tienes que creerme.  Espérame.

CHICO PERDIDO.  ¿A dónde vas?

CHICA.  No te preocupes no pienso darme por vencida, aunque tenga que ir planta por planta buscando, pienso traerte algo que solucione lo tuyo.

CHICO PERDIDO.  No te vayas.

CHICA.  ¿Por qué? 

CHICO PERDIDO.  Hace días que no hablo con nadie.

CHICA.  ¿Y?

CHICO PERDIDO.  No quiero quedarme solo.

CHICA.  Y para qué quieres estar conmigo.  Yo no soy un solucionador de… ¿cuál era tu problema?

CHICO PERDIDO.  La soledad.

CHICA.  Pues eso.  Que yo no soy ningún aparato anti-soledad ni nada parecido, pero tiene que haber alguno cerca, estoy segura. 

CHICO PERDIDO.  Espera, ni siquiera me has dicho…

CHICA.  No te muevas de aquí.  Volveré pronto.

(Ella se ha marchado.)

CHICO PERDIDO.  ¿Cómo te llamas?

(El chico abatido vuelve a su rincón.  Se apoya en algo.  Es el megáfono.  Lo coge.  Conecta el aparato.  Y proyecta su mensaje.)

CHICO PERDIDO.
(Con eco) ¡¡HOLA!!   
¡¡HAY    ALGUIEN AHÍ!!


(Oscuro)








TRES.
BARATO.


(Se ilumina la escena y vemos al CHICO PERDIDO, megáfono en mano, en actitud de llevar bastante tiempo esperando que acuda alguna otra persona.  Aparece un RECIÉN LLEGADO, sorprendiendo gratamente con su irrupción al CHICO PERDIDO.)

RECIÉN LLEGADO.  Hola.

CHICO PERDIDO.  Ah.  Por fin.  Qué suerte.

RECIÉN LLEGADO.  ¿Suerte?

CHICO PERDIDO.  Sí.

RECIÉN LLEGADO.  ¿Por qué?

CHICO PERDIDO.  Porque  buscaba a alguna persona.

RECIÉN LLEGADO.  ¿Sí?   ¿Y has encontrado a una?

CHICO PERDIDO.  Claro.

RECIÉN LLEGADO.  ¿Dónde?

CHICO PERDIDO.  Aquí.  Tú.

RECIÉN LLEGADO.  ¿Yo?  No.  Qué va.

CHICO PERDIDO.  Claro que sí, yo deseaba que llegara alguien, y resulta que has llegado tú.

RECIÉN LLEGADO.  Sí.  Pero es que yo no soy  alguien.

CHICO PERDIDO.  ¿Qué quieres decir?  Yo he llamado con el aparato éste.  (señalando el megáfono) Y tú me has oído, ¿no?

RECIÉN LLEGADO.  Sí, puedo oír.  Es una de mis características.

CHICO PERDIDO.  ¿De dónde vienes?

RECIÉN LLEGADO.  Yo he nacido aquí.

CHICO PERDIDO.  ¿Es posible?

RECIÉN LLEGADO.  Ajá. 

CHICO PERDIDO.  Te has perdido.  ¿Verdad?  Igual que yo.

RECIÉN LLEGADO.  No sé.  Vivo aquí desde que tengo recuerdos.  O sea desde siempre.

CHICO PERDIDO.  ¿Cómo te llamas?

RECIÉN LLEGADO.  ¿Qué?

CHICO PERDIDO.  ¿Que cuál es tu nombre?

RECIÉN LLEGADO.  Nombre.  ¿Qué es eso?

CHICO PERDIDO.  Algo así como unas palabras que te definen.

RECIÉN LLEGADO.  Ah.  Como un eslogan. 

CHICO PERDIDO.  Sí, algo parecido.  Supongo.

RECIÉN LLEGADO.  Pues no tengo ninguno, pero puedes llamarme… no sé... Barato… por ejemplo.  Aquí esa palabra mola mogollón.

CHICO PERDIDO.  ¿Barato? 

(El otro asiente feliz.)

CHICO PERDIDO.  Como quieras.  Te llamaré Barato.

BARATO.  Ajá.

CHICO PERDIDO.  Yo me llamo Paco.

BARATO.  ¿Paco?  Qué curioso slogan.

PACO.  Encantado.

BARATO.  Y dime Paco, ¿cuánto vales?

PACO.  ¿Yo?  No tengo precio.

BARATO.  ¿Todavía no?  Bueno.  No te preocupes.  Ya te pondrán uno con el tiempo.

PACO.  ¿Es qué no te das cuenta?  Ni tú ni yo somos  cosas ni productos de los que se venden aquí. 

BARATO.  Yo sí lo soy.

PACO.  Eres una persona.

BARATO.  ¿Y por qué vivo en este sitio rodeado de productos?

PACO.  Pues no lo sé, la verdad.  Es un misterio.  Pero seguro que tiene una explicación.

BARATO.  Soy uno de ellos.  No le des más vueltas.

PACO.  (Que  ha dado con la manera de hacerle ver su error) Un momento.

BARATO.  ¿Qué?

PACO.  ¿Dónde están tu etiqueta y tu código de barras?

BARATO.  (Agobiado) Oh no.  Te has dado cuenta.  Silencio.  Que no se entere nadie.

PACO.  No eres un objeto.

BARATO.  ¿Quién lo dice?

PACO.  Yo.

BARATO.  ¿Y tú qué sabes?

PACO.  Lo sé perfectamente, porque yo soy un ser humano, y tú eres otro.

BARATO.  ¿Ah sí?

PACO.  Sí.

BARATO.  ¿Y por qué estamos aquí entonces?

PACO.  Porque nos hemos perdido, pero nuestra vida está ahí fuera.

BARATO.  Fuera no hay nada.  Listo.  Esto es todo lo que hay. 

PACO.  ¿Eh?

BARATO.  Ventas.  Compras.  Y cosas que se venden.  Y cosas que se compran. 

(Paco niega con la cabeza)

BARATO.  No hay nada más que eso.


PACO.  No señor, ahí fuera hay… por ejemplo…coches, motos.

BARATO.  Pero son de aquí.  Sección vehículos.

PACO.  Y casas y edificios.

BARATO.  Sección inmobiliaria.

PACO.  Y árboles y flores.

BARATO.  Cuarta  planta: Jardinería.

(Oscuro)





  



CUATRO.
LOS CHICOS PERDIDOS.


(Cuando se ilumina la escena vemos a PACO que  aparentemente lleva un largo rato tratando de localizar a alguien a través del megáfono.  Notamos que su fe comienza a flaquear.  BARATO cerca de él, le contempla entre escéptico y aburrido.)

PACO.  (A través del megáfono)  HOOLA.

BARATO.  Este Centro Comercial es enorme.  No es fácil encontrar algo.

PACO.  No es algo lo que busco, sino a alguien.  Ya te lo he dicho.

BARATO.  No hay tanta diferencia.

PACO.  Se trata de una chica, estuve hablando con ella.  En este mismo lugar en el que estamos ahora.

BARATO.  (Sorprendido por algo que Paco no puede ver, desde su ángulo de visión) ¿Una chica?

PACO.  No me crees, ¿verdad?  En realidad yo tampoco estoy muy seguro. Ni siquiera conozco su nombre.  Puede que todo sean imaginaciones mías. 

BARATO.  No has imaginado nada.  La chica existe.

PACO.  ¿Ah sí?  ¿Cómo lo sabes? 

BARATO.  (Señalando a una nueva chica que Paco no veía) Porque ella está aquí.  Detrás de ti.

NUEVA CHICA.  ¿Qué tal?

PACO.  (Girándose y descubriéndola)  ¿Eh?  Pero tú… No eres tú…  ¿Verdad?

NUEVA CHICA.  Ah, ¿yo no soy yo?

PACO.  Quiero decir que antes eras otra chica.

NUEVA CHICA.  ¿Antes?

PACO.  O sea que no eres la chica sin nombre.

NUEVA CHICA.  Pues la verdad es que yo tengo un nombre, sí.  Soy bastante completa.  De hecho tengo hasta apellidos.

BARATO.  ¿Tienes apellidos?   Eso es como ser de alguna marca o algo así, ¿no? 
(Un poco triste) Yo no soy de ninguna marca.  Creo. 

PACO.  ¿Te has perdido? 

NUEVA CHICA.  No, perderme no.  Simplemente no sé dónde estoy.  Pero no me importa.  Porque yo me siento  aquí como pez en el agua. 

BARATO.  Te equivocas, la sección Acuarios está en la planta 6, chica de marca.

NUEVA CHICA.  Conozco todas las cosas que hay en este lugar.  Te puedo recitar de memoria las características de todos los productos del centro comercial.

PACO.  ¿Ah sí? ¿En serio?

NUEVA CHICA.  Claro. 

BARATO.  Genial.  Dime.  Yo.  ¿Qué soy?  ¿De dónde vengo?  ¿Cuál es mi utilidad?

NUEVA CHICA.  ¿Qué?

PACO.  Nosotros somos chicos perdidos.

NUEVA CHICA.  Entonces yo debo ser Wendy.

BARATO.  ¿Wendy?  Bonita marca.

PACO.  ¿Llevas mucho tiempo aquí?

WENDY.   No.  He llegado hace poco, pero lo sé todo gracias a los anuncios.

PACO.  ¿Qué anuncios?

WENDY.  Los anuncios de la tele, o los spots publicitarios o como los quieras llamar.  Ellos son mi norte y mi guía.

PACO.  ¿Eso qué significa?

WENDY.  Que los anuncios me van señalando por dónde van los tiros.

PACO.  ¿Qué tiros?  Si aquí no hay armas.

BARATO.  Sí que las hay, novena planta: armería.

WENDY.  Me refiero a que todos necesitamos una referencia, algo que nos señale el camino.

PACO.  ¿Un mapa?

BARATO.  Sección de cartografía, planta…

PACO.  (Interrumpiéndolo) Por favor.

BARATO.  Lo siento.

WENDY.  No exactamente.  Vamos a ver.  Los anuncios me van guiando, me dicen cómo estar bien, qué hacer para sentirme mejor, qué cosas hacen felices a la gente.  Es importante ser felices, ¿no?

PACO.  Supongo.  No sé.

WENDY.  Y por eso estoy aquí.

PACO.  Pero el Centro Comercial está cerrado.

WENDY.  He esperado a que cierren  para poder disfrutar a mis anchas de todas las cosas que tanto me gustan y que mis padres nunca me quieren comprar.

PACO.  ¿Son pobres?

WENDY.  Peor.  Son anticonsumistas.

BARATO.  Y eso qué es.

WENDY.  Aguafiestas, básicamente.

BARATO.  Jo.

WENDY.  Siempre me están dando la tabarra con que lo mejor para mi desarrollo es crecer alejada de las agresiones del marketing.  ¿Y las agresiones del aburrimiento?  ¿Quién me protege contra ellas?

BARATO.  ¿Es una pregunta para nosotros?

PACO.  Pues yo estoy de acuerdo con tus padres.

WENDY.  ¿Qué?

PACO.  Soy de los que piensan que no debería existir un sitio como éste.

WENDY.  ¿Y quién te ha metido esas ideas tan bobas en la cabeza?

PACO.  Nadie.  Verás, a mí por las noches me cuesta dormirme, así que suelo ir a la sección de libros y allí hay unos tomos enormes sobre consumismo.

WENDY.  ¿En serio?  ¿Te duermes leyendo libracos?

PACO.  Tienen dibujos.

WENDY.  Ah.

PACO.  Y puedes  leer en ellos cosas muy interesantes sobre el sistema capitalista.

BARATO.  ¿Eso qué es?

PACO.  Pues básicamente que hay que cerrar los centros comerciales.  Que son malos.

CHICA.  (Reaparece agitada la CHICA de la primera escena)   No podéis  hacer eso.

WENDY.  ¿Quién es esta?

BARATO.   Hola.

PACO.  ¿Tú?

CHICA.  No podéis cerrar los Centros Comerciales.

PACO.  ¿Por qué?

CHICA.  Porque mi madre es cajera.

PACO.  ¿Eh?

CHICA.  Del centro comercial.   Si este sitio cierra se quedaría sin trabajo.

(Oscuro)






CINCO.
OFERTAS.

(Al iluminarse el escenario, comprobamos que los cuatro personajes están teniendo una animada conversación.)

WENDY.  Así que tú eres la chica sin nombre.

CHICA SIN NOMBRE.  ¿Quién?  ¿Yo?

PACO.  ¿Dónde estabas?

CHICA SIN NOMBRE.  He ido a buscar algo para ayudarte.  ¿Te acuerdas?    Para que te sientas menos perdido y por lo de la soledad.  Pero no he encontrado nada

WENDY.  Que no ha encontrado nada, dice.  Esta chica es boba.   ¿De verdad te has marchado a buscar algún objeto para que se sienta menos solo?

CHICA SIN NOMBRE.  Sí.

WENDY.  ¿Es que no hay sección de videojuegos aquí o qué?

BARATO.  Sí que hay, una enorme, en la planta dieciséis. 

PACO.  Agradezco tu esfuerzo.

CHICA SIN NOMBRE.  No es nada.

PACO.  Así que tu madre trabaja aquí.

CHICA SIN NOMBRE.  Y  mucha gente más.  Este sitio no es tan malo.

WENDY.  ¿Malo?  Qué tontería.  Esto es el paraíso. 

CHICA SIN NOMBRE.  Yo algún día, si tengo suerte, trabajaré también aquí.

BARATO.  Te gustará, yo ya soy uno de los objetos de este sitio.

PACO.  Por lo que veo, todos estáis la mar de felices aquí.

WENDY.  Y si a ti no te gusta el Centro Comercial, ¿para qué has venido?

PACO.  No vine voluntariamente.  Me trajeron mis padres.

BARATO.  ¿Tus padres?

CHICA SIN NOMBRE.  ¿Y dónde están ahora?

PACO.  No lo sé.  Recuerdo que íbamos al cine, corríamos mucho porque llegábamos tarde para ver una película que anunciaban por la tele, pero para llegar a la sala había que atravesar todo el Centro Comercial y por el camino papá y mamá se pararon a comprar.  Me dijeron: continúa tú solo, nos vemos en el cine.

CHICA SIN NOMBRE.  ¿Se pararon a comprar?

WENDY.  ¿Pero no has dicho que llegabais tarde al cine?

PACO.  Sí, lo que pasa es que ellos no podían evitar pararse, parecían obligados a comprar, había tantas cosas bonitas, por todas partes, de las que aparecen en los anuncios.

CHICA SIN NOMBRE.  Entiendo.

PACO.  Era superior a ellos.  Creo.

WENDY.  ¿Y qué compraron?

PACO.  Cosas.

WENDY.  Ya.  Pero ¿qué cosas?

PACO.  No sé.  ¿Por qué?

WENDY.  ¿Alguna oferta?

PACO.  Supongo.  A mamá y a papá les encantan las ofertas.

WENDY.  ¿En serio?  ¿Dime dónde ocurrió?

PACO.  Pues por allá, hacia el Norte.

CHICA SIN NOMBRE.  ¿Hacia el Norte?  ¿Cómo lo sabes?

PACO.  Tengo una brújula de la sección de caza y pesca.

WENDY.  Hacia el Norte.  Imagino que estaría bien echar un vistazo.

PACO.  No servirá, yo voy por allí a menudo y ya no están.

WENDY.  ¿Ya no están?

PACO.  Mis padres.

WENDY.  ¿Y para qué quiero yo a tus padres?  A mí me interesan las ofertas, he oído que por aquí cerca las hay alucinantes, pero todavía no he sido capaz de encontrarlas. Aunque no pierdo la esperanza.

BARATO.  ¿Buscas las ofertas? 

CHICA SIN NOMBRE.  No son fáciles de encontrar.

BARATO.  Un día están ahí.

CHICA SIN NOMBRE.  Pero luego desaparecen.

BARATO.  Son un misterio.

CHICA SIN NOMBRE.  Hay gentes que se han servido de viejos mapas para encontrarlas.
Y algunos de ellos se han adentrado por rincones solitarios y oscuros, buscándolas.

BARATO.  Muchos no han regresado jamás.

PACO.  ¡Igual que mis padres!

CHICA SIN NOMBRE.  Sí. Cuando las ofertas atraen con sus bellísimos cantos  a los paseantes, es casi imposible resistir la tentación de llegar hasta ellas y…

(Se escucha de pronto  una musiquilla acompañada por unas voces misteriosas.)

CHICA SIN NOMBRE.  ¿Oyes?

PACO.  ¿Son ellas?

CHICA SIN NOMBRE.  Las ofertas.

BARATO.  Que nos llaman.

CHICA SIN NOMBRE.  Y yo que creía que todo era una leyenda.

WENDY.  (Rompiendo el misterio) Tranquilidad chicos perdidos, que es mi teléfono móvil. 

BARATO.  Ah.

CHICA SIN NOMBRE.  Uff.

PACO.  ¿Y no coges el teléfono?

WENDY.  ¿Para qué?  Seguro que son mis padres.  No paran de llamarme todo el rato.

WENDY.  (Suspirando) Claro.  Les entristecerá mi soledad.

WENDY.  (Casi sollozando, teatralmente)  Precisamente hoy, que es el día de mi cumpleaños. 

(Oscuro)

(...)

PARA LEER MÁS:   tomasafan@hotmail.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario